[El diablo gris]
I
Si acaso la vida fuera un
momento.
Un instante maternal con la
ilusión,
un tris de emociones agradables
que fluye y desaparece varias
veces.
Una oportunidad de enhebrar la
aguja,
un vis a vis con el éter de la
aurora
o el firmamento de la mañana
hendido;
una coyuntura de cumbres
borrascosas.
Rocas de capital erosionando la
tierra.
Temporal de huracán
hundiendo un barquito
donde se encuentra,
desolado, el principito.
Museos de cera antiquísimos.
Mujeres y hombres de mentira
que viven sin corazón.
Vocablos demasiado alcanzables
para la sin razón.
II
El diablo gris, el gran mal:
Atentando contra la sociedad.
F(r)acturando los sentimientos
de sororidad y fraternidad;
aumentando sus redes comerciales
con los festejos en navidad;
burocratizando las amistades de
verdad;
colocando un precio a cualquier
detalle.
Cualquier valor. Cualquier
terreno.
Cualquier cosa que pueda
privatizarse.
El diablo gris,
que funde pensamientos,
que fortalece complejos
con su constante consumo.
Su profundo imperio de humo.
III
La indiferencia se desdice de
favores:
en política insulta, agravia
y en desafectos mata, asfixia
a orquestas dedicadas a la coda...
y a canciones valoradas en prosa.
orquestas de lo mundano
y pensamientos en blanco.
en política insulta, agravia
y en desafectos mata, asfixia
a orquestas dedicadas a la coda...
y a canciones valoradas en prosa.
orquestas de lo mundano
y pensamientos en blanco.
Las horas que, pasan, y que
dejan pasar,
horas que roen y que adoran
rezar:
<<Carpe... ¡Carpe al mar!
que el Diem se lo lleva él mismo
y la noche que deja sabe
mal>>
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